Lo que introduce al espectador en esta escena es la impactante expresión del rostro del hombre al inclinarse hacia adelante y mirar a la mujer que está sentada a su lado.
Su mirada de admiración o afecto condiciona la perspectiva mientras se pasea la vista sobre la única mesa de café. La mujer no mira hacia el observador, y el camarero que permanece de pie a cierta distancia está reprsentado de forma esquemática, con rasgos faciales apenas definidos
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